
1. (Lucas 16:19-31) Lázaro y el hombre rico en la tierra.
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
a. Había un hombre rico: Jesús no presentó esta historia como una parábola, y en ninguna otra parábola Jesús nombró a un individuo (como el hombre pobre es nombrado aquí). Tenemos todas las razones para creer que Jesús nos dio un caso de la historia real, uno que Él conocía desde Su perspectiva eterna.
b. Que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez: La riqueza del hombre era evidente debido a su lino fino (ropas lujosas y caras), y por sus excesos con la comida (la mayoría de las personas en esa cultura tenían banquete con esplendidez solo unas cuantas veces al año).
i. Banquete con esplendidez: “La palabra usada para banquetes es la palabra que se utiliza para comidas gourmet con platillos costosos y exóticos. Él hacia esto todos los días”. (Barclay)
ii. El hombre rico no tenía nombre, pero tradicionalmente se le dio el nombre de Dives, que en latín significa simplemente rico.
c. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas: No muy lejos del hombre rico, a la puerta estaba un hombre desesperadamente pobre y enfermo. El hombre rico no hizo nada contra Lázaro, excepto ignorarlo y pasarlo por alto.
i. “Aquí hay dos hombre, y día tras día no los separa ni el espacio de veinte yardas, y sin embargo una distancia tan amplia como el mar los divide a los dos”. (Morrison)
ii. “El nombre es la forma latinizada de Eleazar y significa Dios es mi ayuda”. (Barclay)
iii. Ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico: “La comida se tomaba con las manos y, en casas muy ricas, las manos eran limpiadas al frotarse con piezas de pan, que después eran tiradas. Esto era lo que Lázaro estaba esperando”. (Barclay)
iv. Y aun los perros venían y le lamían las llagas: Jesús describe la miseria de este mendigo en estos detalles fuertes y nauseabundos.
2. (22-23) Lázaro y el hombre rico en el Hades.
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
a. Aconteció que murió el mendigo… y murió también el rico, y fue sepultado: Eventualmente ambos hombres murieron. Lázaro no tuvo el honor de un entierro en esta vida, sin embargo los cielos lo honraron, siendo llevado por los ángeles al seno de Abraham. El hombre rico tuvo el honor de un entierro, pero no de una escolta angelical o un destino agradable.
i. Parecería obvio que cuando el mendigo fue llevado por los ángeles, fue su alma o espíritu que fue llevado; el aspecto inmaterial y eterno de su ser. Excepto por el trabajo del ángel llevándolo, lo mismo era cierto para el hombre rico. Su cuerpo fue sepultado y permaneció en la tierra, pero estaba en tormentos… en el Hades.
ii. “La idea del seno de Abraham se puede explicar de tres maneras”. (Pate)
· La idea de que en la muerte, los justos son reunidos con los patriarcas en la fe (Génesis 15:15, 25:8).
· La idea del amor y el cuidado de un padre, como en Juan 1:18 (el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre).
· La idea de sentarse en el lugar de honor en un banquete, como en Juan 13:23.
iii. No debemos pensar que Lázaro fue salvado por su pobreza, ni que el hombre rico fue condenado por su riqueza. Lázaro debe haber tenido una verdadera relación de fe con el Dios verdadero, y el hombre rico no. Las circunstancias de sus vidas hicieron esa fe más fácil o más difícil, pero no la crearon.
b. Estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno: El hombre rico no estaba lejos de Lázaro; sin embargo, estaba a un mundo de distancia. Su lugar estaba lleno de tormento y dolor, mientras que Lázaro disfrutaba del confort y el cuidado de Abraham.
i. “Teniendo castigo sin lástima, miseria sin misericordia, dolor sin consuelo, llanto sin compasión, maltrato sin medida, tormentos sin final, y más allá de lo imaginable”. (Trapp)
c. Estando en tormentos: En esta historia Jesús describe un lugar que llama el Hades, que parece ser el lugar donde estaban los muertos. El hombre rico y Lázaro no estaban en el mismo lugar, pero no estaban lejos el uno del otro. Sería mejor decir que ellos estaban en dos áreas del mismo lugar (Hades), uno un lugar de tormentos y el otro un lugar de consuelo (al seno de Abraham).
i. En esta historia de Jesús, encontramos algunos puntos sobre el mundo de más allá, tal como existió en el pasado y tal como existe ahora. Según la descripción de Jesús, se puede decir que en ese momento, antes de la obra de Jesús en la cruz, el espíritu o alma de los muertos iba a un lugar llamado el Hades. Algunos en el Hades descansaron en confort; otros sufrieron los tormentos del fuego.
ii. Hades es una palabra griega, pero parece tener la misma idea que Sheol, una palabra hebrea con la idea de “el lugar de los muertos”. Sheol no tiene referencia directa ni al tormento ni a la felicidad eterna. La idea de Sheol en la mayoría de los casos es simplemente “la tumba” y el entendimiento de la vida después de la muerte en el Antiguo Testamento es mucho menos clara que en el Nuevo Testamento.
iii. El Hades técnicamente no es el infierno, o lo que también se conoce como el Lago de Fuego. Ese lugar es llamado Gehenna, una palabra griega tomada del lenguaje hebreo. En Marcos 9:43-44, Jesús hablo del infierno (gehenna), una traducción griega del hebreo “Valle de Hinom”, un lugar fuera de las murallas de Jerusalén profanado por la adoración a Moloc y los sacrificios humanos (2 Crónicas 28:1-3; Jeremías 32:35). Era también un vertedero de basura donde se quemaba la basura y el desperdicio. Los fuegos humeantes y los gusanos purulentos del valle de Hinom creaban una imagen gráfica y efectiva del destino de los condenados. Este lugar también es llamado el “lago de fuego” en Apocalipsis 20:13-15, preparado para el diablo y sus ángeles (Mateo 25:41).
iv. El Hades una especie de lugar de espera hasta el día del juicio final (Apocalipsis 20:11-13). Pero desde que Jesús terminó la obra en la cruz, ya no hay más espera para los creyente que mueren; van directamente al cielo, a la presencia del Señor (2 Corintios 5: 6-8). Es razonable pensar que cuando Jesús visitó el Hades como parte de su trabajo redentor (Hechos 2:24-27, Hechos 2:31) y cuando Jesús predicó en el Hades (1 Pedro 3:18-19), liberó a los cautivos del Hades (Efesios 4:8-9, Isaías 61:1). El trabajo y la predicación de Jesús ofrecieron salvación para aquellos como Lázaro, que en fe lo esperaban (Hebreos 11:39-40), y también selló la condenación de los perversos y los incrédulos.
3. (24-26) La petición del hombre rico.
Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
a. Padre Abraham, ten misericordia de mí: El hombre rico era definitivamente un descendiente de Abraham, y el gran padre de la fe no lo repudió. Pero tener a Abraham como padre no fue suficiente para escapar de su tormento en la vida venidera. Ahora el hombre rico era el mendigo, rogándole a Abraham.
i. De nuevo, el hombre rico no estaba en tormentos debido a su riqueza; sino porque vivió una vida separada del amor y la confianza en Dios, y esto se demostraba a través de su vida. Abraham mismo era más rico que el hombre en esta historia de Jesús.
b. Envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua: Incluso en la vida futura, el hombre rico se consideraba superior y veía a Lázaro como si fuera su sirviente. Esto muestra que la muerte no le quitó su sentido de derecho y puesto en la vida.
i. “Y no podía alegar que no conocía a Lázaro, porque lo reconoció inmediatamente en el seno de Abraham. No era falta de conocimiento, entonces, sino falta de pensamiento, que fue el secreto más profundo de su tragedia”. (Morrison)
ii. La muerte tampoco quitó el sentido de deseo del hombre rico, si no solo el cumplimiento de ese deseo. Esto era un verdadero tormento, y estaba desesperado por al menos una gota de relieve.
c. Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida: A través de su vida en la tierra, el hombre rico disfrutó de todas las cosas buenas de la vida; pero no las compartió ni las usó para prepararse para la vida venidera.
i. El hombre rico es, por lo tanto, un contraste con la parábola anterior del mayordomo injusto (Lucas 16:1-12). El mayordomo injusto usó su posición actual para prepararse para su próxima posición; el hombre rico no lo hizo.
d. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá: Aunque el hombre rico podía ver y hablar con Abraham, no estaba nada cerca de él. Había una gran sima entre ellos, y sus destinos estaban fijados para siempre.
i. Recordamos que todo esto le pasó al espíritu o alma del hombre rico, la parte inmaterial de su ser. Su cuerpo todavía estaba enterrado, pero no cesó ni suspendió la existencia o conocimiento.
ii. No vemos idea de la aniquilación o del sueño del alma; no de progresión espiritual o reencarnación. También, “No hay indicios aquí de un purgatorio o de algún tipo de limpieza reparadora. El abismo fue fijado, se puede asumir, por Dios”. (Pate)
4. (27-31) El hombre rico piensa en sus hermanos.
Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
a. Te ruego, pues, padre: Se enfatiza otra vez que ahora el hombre rico es el mendigo, no Lázaro.
b. Que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique: Una vez más vemos que el hombre rico todavía pensaba en Lázaro como un siervo suyo. Le pidió a Abraham que enviara a Lázaro en otro mandado (tal vez en un sueño o visión), esta vez para el beneficio de sus cinco hermanos.
i. Obviamente, el hombre rico recordaba y se preocupaba por sus familiares, incluso después de haber pasado de la tierra a la vida después de la muerte. Su memoria no fue borrada ni se le dio una nueva conciencia.
c. A fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento: Ahora el hombre rico se preocupaba por que otros no fueran al lugar de tormento. Había vivido su vida sin darle la más mínima importancia a esto, ni para sí mismo ni para los demás. Si él mismo pudiera ir con sus hermanos, lo haría; pero parecía entender que esto era imposible, lo entendió tanto que ni siquiera lo pidió.
i. La mención de los cinco hermanos es la primera indicación de que el hombre rico pensó en alguien más que en sí mismo. Desafortunadamente, su preocupación por los demás llegó demasiado tarde para servir de algo.
d. A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos: Abraham señaló que los hermanos del hombre rico tenían toda la información necesaria para escapar del tormento del Hades. Escuchando a Moisés y a los profetas y haciendo lo que ellos decían era suficiente.
i.Mas Abraham le dijo: “Lucas utilizó el tiempo presente para la respuesta de Abraham: ‘Mas Abraham le dijo, “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos”’”. (Pate)
ii. “Cuando toda la creación de Dios habiendo sido saqueada por la mano de la ciencia, solo ha testificado de la verdad de la revelación, cuando toda la historia de las ciudades enterradas y las naciones destruidas ha predicado la verdad de que la Biblia es cierta, cuando cada pedazo de tierra del lejano Oriente ha sido una exposición y una confirmación de las promesas de las Escrituras; si los hombres aun así no están convencidos, ¿Acaso crees que el levantamiento de un hombre de la tumba los convencerá?” (Spurgeon)
iii. “Si las Sagradas Escrituras que se encuentran en manos de Dios no son suficientes para llevarte a la fe en Cristo, entonces, aunque un ángel viniera del cielo, entonces, aunque los mismos santos de la gloria, entonces, aunque Dios mismo descendiera a la tierra para predicarte, continuarías separado y sin bendición”. (Spurgeon)
e. No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán: El hombre rico inmediatamente objetó, sabiendo que su familia no tomaba en serio a Moisés y a los profetas. Esperaba desesperadamente que si alguien viniera de entre los muertos, sería más convincente que la Palabra de Dios. Sin embargo, esto no sería más convincente, porque si no creyeran a causa de la Palabra de Dios, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
i. El hombre rico sabía lo que sus hermanos tenían que hacer y lo que él no hizo: arrepentirse. Equivocadamente esperaba que la inesperada aparición de alguien de entre los muertos los persuadiría; pero Abraham sabía que esto no pasaría. Después de todo, el incrédulo cree que la Biblia ya habla demasiado del juicio y del infierno; ya no desea escuchar más al respecto, incluso si el mensajero viene del mundo más allá.
ii. Por supuesto, Jesús si resucitó de entre los muertos; sin embargo, muchos no creyeron. Además, un hombre llamado Lázaro también regresó de entre los muertos (Juan 11:38-44) y los líderes religiosos no le creyeron; de hecho trataron de matarlo (Juan 12:9-10).
iii. Con esta historia, Jesús demostró la debilidad de confiar en las señales para llevar a las personas a la fe. Es fácil creer que si las personas vieran una señal lo suficientemente espectacular, serían compelidos a creer. Pero lo que crea fe para salvación es escuchar la Palabra de Dios (Romanos 10:17); una señal puede o no tener un rol en esa obra. Dios, trabajando a través de su palabra, tiene poder para salvación. “Él declara que las sagradas escrituras son por sí mismas tan poderosas como la predicación del mensaje por alguien resucitado de entre los muertos”. (Morgan)
iv. “Aun si todo el cementerio de una iglesia volviera a la vida y se presentara en frente de un infiel que niega la verdad del cristianismo; Declaro que no creo que haya suficiente evidencia en todos los cementerios de todas las iglesias del mundo para convencerlo. La infidelidad seguiría clamando por algo más”. (Spurgeon)
v. “Yo realmente creo que Lázaro del seno de Abraham no sería un predicador tan bueno como un hombre que no ha muerto, pero cuyos labios han sido tocados con un carbón encendido del altar”. (Spurgeon)
vi. El hombre rico no estaba perdido porque era rico. Estaba perdido porque no escuchó la ley ni a los profetas. Muchos también se perderán por la misma razón.
vii. En cierta manera, el hombre rico de la historia de Jesús era muy diferente a los líderes religiosos de los tiempos de Jesús, los fariseos. Vivió una vida de excesos gourmet y indulgencia, y los fariseos eran rígidos, disciplinados y tenían súper autocontrol. Sin embargo, compartían esto con el hombre rico: no se preocupaban en lo más mínimo por los necesitados alrededor de ellos y los despreciaban con negligencia. Esa es la razón por la que se ofendieron tanto cuando Jesús enseñó y se preocupó por los pecadores y los recaudadores de impuestos (Lucas 15:1-2). “Cien millas pueden separar dos ríos, pero por todo eso, ambos fluyen del mismo lago”. (Morrison)