
En el marco de la Comisión de Educación, la diputada Karen Medina Vásquez (IND DC) solicitó oficiar a la Subsecretaría de Educación Parvularia para esclarecer la situación de 96 proyectos de infraestructura de jardines infantiles que permanecen inconclusos en la región del Biobío. Estas obras han quedado abandonadas, generando así un perjuicio tanto para la educación de los niños como para el uso eficiente de los recursos públicos.
La parlamentaria denunció que “tenemos una cantidad alarmante de jardines infantiles con obras paralizadas desde 2020, como el jardín Los Tesoritos en Yumbel, Sol Naciente en Tubul y varios en Los Ángeles, entre ellos los de Villa Departamental de Santiago Bueras. Estas infraestructuras están en franco deterioro, con materiales echándose a perder, mientras los niños siguen siendo atendidos en casas arrendadas, generando un gasto adicional para el Estado”.
Medina, además, enfatizó que la falta de avances en estos proyectos impide que los establecimientos obtengan el Reconocimiento Oficial del Estado, requisito fundamental para garantizar estándares de calidad y seguridad en la educación parvularia. Asimismo, alertó sobre la preocupante situación de abandono de estos espacios, que en otras regiones han sido tomados por personas en situación de calle.
En esa línea sostuvo que “es inaceptable que sigamos dilatando la entrega de estos jardines cuando los fondos ya fueron transferidos a las municipalidades. Queremos que la Subsecretaría de Educación Parvularia nos entregue una respuesta clara y urgente sobre el estado de estas obras y qué medidas se adoptarán para su pronta reactivación”.
La solicitud de oficio busca obtener información oficial sobre el estado de los proyectos en todo el país y evitar el despilfarro de dinero público. La preocupación de la diputada Medina se ve respaldada por recientes acontecimientos en otras regiones. Por ejemplo, en San Bernardo, un jardín infantil que permaneció abandonado tras su construcción fue tomado en 2019 por un supuesto pastor evangélico, quien lo utilizó para albergar a personas en situación de calle. Este inmueble se convirtió en un foco de inseguridad e insalubridad, acumulando toneladas de basura y generando problemas para la comunidad.
